Foto Somosasín. La cuadrilla Campelo, en acciòn.
Algunos se han inscrito desde hace tiempo a una economía familiar; otros se han apuntado a un régimen más doméstico. Las circunstancias son las que mandan y cada uno se ajusta a la ley de lo que más conviene. Y de lo que se trata es vivir en paz y concordia.
Foto Somosasín. Es necesario guantes en las manos.
En la localidad gallega de O'Rosal, como en muchas zonas rurales, hay que adaptarse al terreno y a las condiciones ambientales. Vivir del campo se llama.
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Foto Somosasín. Primero hay que preparar a conciencia el motocultor.
Para ello hay que contar con varias premisas necesarias. Muy importante es ajustarse a lo que quieres hacer. Patatas Los Fernández han elegido la clase monalisa. Cuentan con un terrenito. Aprovechan al año dos cosechas.
Foto Somosasín. Hay que contar con cubos y canastas,
Es hora de recoger la primera cosecha. Ocho de la mañana. Hace fresquillo pero hay que empezar cuanto antes. La cuadrilla familiar ya está preparada, con el complemento de una amistad. Manos al campo y a echar muchos riñones.
Foto Somosasín. Nieto ayuda a la abuela. Imagen de economía familiar.
Es el momento de recoger la clase monalisa, que es la que se ha plantado. Por delante un motocultor, dirigido por el jefe-Campelo.
Foto Somosasín. Esta es la clase de patata monalisa.
Foto Somosasín.
La cuchilla va abriendo un surco y aparecen las patatas a un lado y al otro.
Foto Somosasín.
Según salen las patatas de la tierra se echan en cubos y luego se depositan en canastas más grandes.
Foto Somosasín.
La jornada transcurría normal cuando al motocultor se le "fundieron los plomos" y hubo que optar por el plan I.
Foto Somoasín.
Y el plan I fue que Iker, el nieto, se puso en modo azadón, y lo hizo a mano. El motorcultor, al muelle de averías.
Foto Somosasín.
Y con la última canasta finiquitó la jornada. Y la valoración fue la siguiente: "El año pasado se sacó más patatas. Ha llovido poco".