Ya lo dijo hace unos días el técnico del Conservas Orbe Porriño, Isma Martínez, que la clave estaba en la defensa. A los casi cuatro minutos de juego, se paró el juego por decisión visitante. 4-1, en el marcador y ya el desbodamento del Mecalia Guardés no había quien lo parara. En el descanso, el marcador llamaba la atención: 20-7.
30 minutos inolvidables por parte del conjunto de Prades, que actuó en forma coral. Una gran velocidad y el ataque local entraba por todas partes. Reaccionó en la continuación el equipo porriñés y, al mismo tiempo, Mecalia bajaba el pistón. Se acortaron distancias, pero en la portería guardesa, la alicantina, Mirian Sempere, tapó la brecha bajo palos y se paró la remontada visitante, que, por lo menos, maquilló algo el resultado final.
El final fue de apoteósis no sólo para el Mecalia, sino también para el balonmano gallego. Fue una fiesta el encuentro y tras los 60 minutos de juego los dos equipos se fundieron en un abrazo. Y como imagen queda esa foto última, con los dos equipos al lado de la Peña Inferno. Esa debe ser la aleluya para Galicia, con las dos mejores formaciones femeninas en el concierto nacinal.