At Guardés tuvo en cuatro ocasiones, con ventaja de tres goles, la oportunidad de "matar" el derbi gallego, pero lo dejó para el final y, a punto estuvo de costarle un disgusto, porque Godoy Porriño se rehizo, tras pedir tiempo su técnico. Abel Estévez.
Si el encuentro fue de alta tensión, los cinco últimos minutos fueron de "suocardio", porque a tumba abierta se encadenaron aciertos y errores graves por ambos bandos. El intercambio de goles le fue bueno al actual campeón de Liga, aunque con grandes apuros. Un final vibrante que sirve para entonar más al balonmano femenino. A Sangriña fue un hervidero de pasiones, aunque a alguno el cuore estuvo a punto de estallarle
Excepto los instantes iniciales, Mecalia Guardés siempre llevó las riendas del partido, aunque, realmente, quien encauzó y controló la dirección del derbi fue Cecilia Cacheda. Imposible de marcar y de "atar" por parte guardesa.
Se ponía a tres el equipo de Prades y, entonces, Cecilia revolucionaba el patio de su Godoy. Si hay justicia, pronto la "Cacheda" debería estar en la sele nacional; por supuesto, en la A.
Bien Godoy Porriño, que jugó en equipo y que opuso resistencia, apesar de llevar en contra el marcador. Cuatro veces estuvo a punto de ir a la lona, se levantó y asustó al personal de A Sangriña.
En cambio, A. Guardés nu tuvo su mejor día, sólo había que ver el rostro cariaicontecido del amigo Prades. Floja defensa y en ataque, en los momentos claves, errores graves. Excelente actuación de Naiara Egozkue, aunque, al final, tuvo dos tropiezos importantes; Buena dirección de Kurchankova, con alguna laguna, y Ana Cerqueira aprovecho bien las inferioridades porriñesas.
Al final, alegría con algunas caras largas en A Sangriña.
Foto Somosasín.
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